Este finde era uno de esos para aprovechar: por la compañía, la meteo,… y sin embargo nos relajamos en la elección del recorrido y nos dimos de bruces con unas condiciones que pensábamos serían distintas. La nieve era bastante más escasa de lo que esperábamos y las condiciones muy variadas dependiendo de las orientaciones. Definitivamente, el viento ha golpeado fuerte en esta parte del piri.
Después del batacazo del sábado, Oier y yo optamos por un objetivo rápido para evitar el mogollón de la vuelta a casa y nos decantamos por el Culivillas.
El tiempo no fue tan tórrido como el del día anterior y, desde el parking Anayet, ascendimos por rampas duritas en la vertiente norte.
Después remontamos su bonito corredor este, “Marchando una de Vermut”. Lo encontramos algo escaso como para bajarlo esquiando y salimos por la izquierda para no molestar a un curso.
Y desde la cresta recorrimos la arista para bajar esquiando por donde mejor lo viéramos…
Viendo que la nieve no soltaba por el norte, optamos por descender, desde el mismo punto, por unas palas orientadas al este y que también alcanzaban la estación, nos librábamos así de saltar los empastes por la vertiente más sombría…y resultó un descenso bonito y placentero, por rampas amables que se encadenaban con algunas canales. Final feliz para un fin de semana extraño.
Desnivel y dificultades: 800 m de desnivel total; el corredor rondará los 200 m y una dificultad de AD. El descenso en esqui por la vertiente este no ofrece grandes dificultades y se desarrolla por amplias campas entrecortadas por muros que se sortean por canales algo más pendientes: 3.2/E2.
Horario: 5 horas total.