Penúltima visita a Peña Rueba esta temporada, antes de empezar a jugar con el manto blanco. Un lugar que últimamente se encuentra en pleno esplendor con la proliferación de vías generosamente equipadas sobre un conglomerado muy macizo. La “Lorenzo Ortas” sigue una línea muy buena con tiradas muy chulas y mantenidas. En esta ocasión vuelvo con Xabi y disfrutamos de un gran día de charla y viento norte que nos deja el cutis fino-fino.
Desnivel y dificultad: 365 m, 6c (V+ oblig.)
Equipada por: Luis Albero, Kike Royo, Jesús Sánchez, Toño Nogués y Antonio Antoñanzas en 2014.
Material: cuerda de 70 m y 20 cintas expres (doblamos varios largos y fue suficiente).
Aproximación: Actualmente la pista que conduce a las proximidades de la vertiente sur de Peña Rueba se encuentra adecentada y no ofrece mayores problemas para acceder desde Murillo de Gallego. Desde la “zona de parking” se sigue un sendero sin mayores problemas. El inicio de vía es fácilmente reconocible.
La vía tiene tres zonas bien diferenciadas, al igual que su vecina «Sendero Límite». Una primera más vertical con largos muy chulos sobre roca maciza, con pancitas y algún desplome…
Este muro termina con una largo más fácil de V, que empalmamos con otro de III, hasta colocarnos en la base de un segundo muro intermedio: también vertical.
Alcanzamos la vira de salida para algunas otras vías y continuamos recto, por terreno cerdete (III), para alcanzar el muro final, que en esta pared resulta ser una joyita (por el ambiente).
Horario: 20 min. para la aproximación, 4 h 45 min. para la escalada y 45 min. para el descenso.
Descenso: Continuamos andando hasta alcanzar la cima y desde aquí seguimos unos hitos en descenso que nos conducen a unas sirgas de acero inoxidable que nos depositan en una collado. Se sigue un sendero en pendiente, salpicado de nuevos tramos de sirgas metálicas, que nos llevan hasta la base de la pared y al sendero de aproximación (45 min.).