El entorno de la estación de Barèges es como una pastelería con todo tipo de apetecibles dulces. Accesibles desde el mismo “mostrador” podemos reconocer los Ourdegon, Barbe, Bonida, Blanque, Bigorre a un lado del valle de camino al Tourmalet; o bien los Espade, Campana, Allemand, Crampetes al otro lado. Todos ellos dulces que vuelven loco a todo apasionado de la crema pastelera…en este caso de la mejor nieve pirenaica.
Rubén y yo nos acercamos en esta ocasión con intenciones de catar alguno de sus más clásicos pasteles. El sábado comprobamos con sorpresa que el valle que conduce al Crampetes presentaba un estado desolador por las últimas lluvias, por lo que cambiamos los planes y optamos por ascender a la otra vertiente ganando altura por donde más nieve vimos: directos al Lago d´Oncet.
Desnivel y dificultad: 1150 m (desde Tournaboup a 1538 m hasta los 2.700 m del collado d´Oncet). Las dificultades se concentran en el corredor que ronda los 400 m, desde el lago d´Oncet (2.300 m aprox.). 4.2/E2. Descenso con pendientes de 40º, y en los últimos metros de 45º.
Aproximación: Desde el parking de Tournaboup de la estación de esquí de Barèges (1.538 m), comenzamos foqueando desde la misma estación, o bien un poco más arriba donde la carretera se corta. Seguimos la pista y nos desviamos bajo el macizo de La Bonida, para adentrarnos por un valle colgado utilizado para los freeriders que descienden desde el Midi de Bigorre (que no perdemos de vista en toda la subida).
Cuando alcanzamos el lago d´Oncet y divisamos el enorme diedro que configura el “corredor”, comprobamos que no tiene ninguna traza y sospechamos que las condiciones pueden no ser buenas. Sin embargo, lo vemos bien y foqueando superamos el cono sin problemas.
Pero cuando seguimos a pie y cargamos las tablas a la mochila, la cosa cambia y la nieve nos llega hasta las pelotas. Mal asunto: tocará pelear con la odiosa costra pirenaica.
A golpe de riñón alcanzo el codiciado collado, pero Rubén, harto de hundirse, desiste y me anima a bajar.
El descenso se hace lento, pues no es una nieve cómoda que te permita fluir. Primero una costra durilla donde más pendiente hay; y después nos reagrupamos y seguimos a la par por una nieve cambiante. Hay que controlar y mantenerse en la zona soleada, que está algo más potable…y poco a poco, llegamos como podemos, enlazando giros con enganchadas, al cono inferior… y enfilamos las tablas de vuelta al valle, ahora sobre nieve primavera profunda, cansados pero contentos…
Horario: 6 horas de coche a coche.
Referencias: www.camptocamp.org