Destino veraniego por excelencia: los Alpes. Rescato una salida del 2008, para despertar el lado prudente que todos llevamos dentro…que siempre está bien tener presente que las montañas estarán eternamente ahi, esperando. Lo que pasa con el Tyndall es que su cima casi nunca consuela, pues el objetivo de todo el que pasa por allí es la cumbre de una de las montañas con más imán: el Cervino (o Matherhorn). El Tyndall queda a escasos 200 m de su cima.
En 2008 llevábamos una semana por Chamonix sumando «muescas» a nuestra lista de experiencias y, antes de volver a casa, nos juntamos Amado, Txus, Patxi y yo para probar la Arista Lyon al Cervino todos juntos. Las condiciones no eran las mejores y en la parte superior había mucha nieve, lo que transformaba el itinerario de verano en algo muy distinto, en donde había que prestar más atención.
La arista Suroeste o Lyon forma el límite izquierdo de la cara sur del Cervino. La aproximación desde Breuil-Cervinia (2.007m), la hicimos directamente hasta el refugio de Carrel (3.835m) en una jornada larga y agotadora.
Desde el mismo pueblo seguimos una pista que conduce al refugio Abruzzi (2.807 m); y desde éste, siguiendo unos hitos de piedras, alcanzamos la cruz Carrel (2.920m) y seguimos hacia el norte dejando el glaciar del Tyndall a nuestra derecha. Tomamos como referencia el marcado collado en la base de la arista y realizamos una travesía, equipada con algo de material.
Desde el collado la escalada es más o menos clara hasta la Campana Carrel. Los pasos difíciles están equipados con maromas y tan sólo es de destacar un diedrito característico. Llegamos al refugio pisando nieve y recorremos parte del itinerario para reconocerlo por la mañana.
Para cuando empezamos a trepar por la mañana ya hay cordadas metidas en faena y dudamos a ratos de si seguimos por el camino correcto. Varios neveros, una travesía hacia la derecha algo expuesta,…nos van haciendo perder un tiempo precioso; y para cuando sale el sol, comprobamos que aun nos queda bastante. Unas cadenas en un tramo vertical (IV+) nos colocan en la vertiente oeste, que esa temporada presenta una rampas algo heladas, en las que hay que ir con tiento y no perder la concentración.
Llegamos a la cresta del Tyndall y continuamos en un sube y baja, nevado y muy aéreo, divisando ya la cruz del Cervino.
Sin embargo, estamos aun lejos y todavía tenemos que alcanzar el «Col de la Felicidad», haciendo unos destrepes, para ascender por la vertical «Scala Jordan». A mí los cálculos no me cuadran y soy consciente que a este ritmo palmamos un vivac, y tenemos en la Campana Carrel al bueno de Patxi esperando…así que propongo volvernos. Valoramos las opciones y en esta ocasión la cordura se impone a la ceguera por la cima.
Nos dimos la vuelta y regresamos hasta Cervinia, en otra jornada larga, «para enmarcar».
Unos años después, la satisfacción de aquella salida pasa por no haber sufrido una noche infernal en algún punto de aquel increíble montón de rocas sueltas…por haber hecho lo correcto.
Primera Ascensión: Jean Baptiste Bich y Jean-Antoine Carrel, en Julio de 1865, sólo 3 días después que Whymper hiciera cumbre por primera vez en el Cervino, siguiendo la arista Hörnli.
Desnivel y dificultad: 650m desde el refugio Carrel / AD+, IV/IV+ hay tramos equipados con cadenas gordas y sirgas. No obstante, conviene no subestimar el itinerario pues se desarrolla en alta montaña, tiene ambiente y las aglomeraciones pueden hacer que el tiempo aumente y convertirse en una ratonera.
Material: Un poco de todo dependiendo de las condiciones: crampones y piolet, arnés, 2 cuerdas de 30 m, algunos empotradores medianos y casco.
Horarios: Un día largo. Unas 5 horas desde el refugio hasta la cumbre, y otras tantas para la vuelta…