Recorrer la impresionante cara norte del midi d’ossau por sus debilidades ofrece la posibilidad única de escudriñar las vías más brutales del pirineo. La vira de embarradere corta la basta cara ONO donde residen algunas de sus rutas más iconicas, desde el espolón norte integral, la ravier-bellefon o el pilar de embarradere; y más a la derecha el espolón norte del Petit. Curiosamente las dificultades de este itinerario son reducidas, aunque no hay que olvidar que nos encontramos en territorio midi y que nunca debemos desdeñar los IIIs ni los IVs….
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Monte Perdido (3.355 m), por las Escaleras
Una alternativa a la concurrida Escupidera del Monte Perdido es la ruta de las escaleras. Una recomendable opción para conocer la vertiente más fotografiada de esta codiciada cima pirenaica.
En esta ocasión Zuriñe y yo aprovechamos un huequillo en la agenda para hacer una visita relámpago, de esas que tanto nos gusta hacer de vez en cuando. Desde los miradores de Ordesa (2.200 m), a donde llegamos en bus desde el recóndito pueblecito de Nerín, la vista de las 3 sorores (Cilindro, Monte Perdido y Añisclo) nos acompaña el resto del día.
Desde aquí al refugio de Goriz nos separa un cómodo paseo de 1,5-2 horas. Ascendemos entonces por la ruta normal hasta la cota 2400, desde donde enfilamos un corredor pedrera que nos planta a los pies de la Punta de las Escaleras (3027 m). Se remontan unas pendientes que se van interrumpiendo con pequeños resaltes sin grandes dificultades (máx III en el primero de ellos).
Alcanzamos así un muro vertical alargado que se supera cómodamente por el oeste (izda) y que nos deja en una cómoda cresta.
Ya en la cima de la Punta Escaleras (3.027 m) apreciamos perfectamente la vertiente sur del MPerdido y las dos chimeneas que nos quedan por superar.
Destrepamos a un colladito y continuamos andando hacia la primera chimenea (III+), algo encajonada y con terreno un poco descompuesto.
Seguimos y en pocos minutos alcanzamos la última de las dificultades: un murito con buenos agarres y protegido con una cuerda (III). Superado este escollo, la cima del perdido nos quedará a pocos minutos.
Descenso: por la Escupidera (piolets y crampones).
Horario: 5:45 desde el mirador de Ordesa hasta cima; y 5 horas descenso al punto de inicio.
Vignemale (3.298 m). las 7 cuevas de Russel o un paseo entre las nubes
Como todos los años por estas fechas pre-vacacionales rescatamos alguna ruta pirenaica original y asequible, para dar a conocer rincones muy “apetecibles” sin necesidad de escalar itinerarios difíciles. Y ya, si la ruta la “vestimos” con un punto de historia pirenaica, y la montaña es el Vignemale, la salida puede resultar realmente apoteósica; y aún más si, como en el caso de Zuriñe y yo, lo hacemos con grandes amigos como Iker y Leire.
En esta ocasión recorremos las 7 cuevas que mandó construir el entusiasta Henry Russel en el siglo XIX y pasamos la noche en la que llamó Le Paradis, situada apenas 18 metros por debajo de la misma cima del Vignemale.
Desnivel y dificultad: 1.500 m, sendero sin mayores complicaciones. El glaciar debe afrontarse con las precauciones habituales teniendo en cuenta las condiciones de la nieve en esa temporada: ojo en días con niebla en la parte superior (muy traicionero).
Punto de partida: Barrage de Ossoue a 1.834 m: desde Gavarnie seguir la carretera que conduce a la estación de esquí y desviarse en una curva cerrada, para continuar por Oullettes de Ossoue hasta la presa. Dependiendo de las condiciones de la nieve y los desprendimientos, la carretera puede estar cortada: ojo porque son 8 km desde el cruce.
Henry Russel, cansado de explorar las grandes cimas pirenaicas (su primera al Vignemale sería en 1861), hizo construir entre 1881 y 1893 siete cuevas en el macizo de Vignemale, la montaña de sus sueños, ilusiones y obsesiones. Su objetivo: pasar su jubilación al abrigo de las montañas.
Las 3 primeras cuevas se encuentran poco antes de enfilar los últimos metros hacia el refugio de Baysellance, a 2.400 m, en la cabecera del glaciar de Ossau. Cuando el glaciar cubría las cuevas superiores, 800 m más arriba, Russell, ni corto ni perezoso, mandó construir éstas en 1888. Pasarían a conocerse como las cuevas de Bellevue. Allí montaba buenas juergas con sus amigos más íntimos, entre ellos Bazillac, los Passet,…
Continuamos la marcha y nos adentramos en terreno glaciar. El día es magnífico aunque empiezan a aparecer nubes de tormenta. Las primeras cuevas en construirse se ubican en la parte más alta del glaciar, a 3205 m en el collado de Cerbillona.
Una vez que se superan las pendientes más fuertes se alcanza una amplia plataforma entre el panorama de un buen ramillete de cumbres de más de 3.000 metros: Monferrant, Punta Central, Cerbillona, Clot de la Hount, Pic Longue (Vignemale), Pitón Carré, Punta Chausenque y Petit Vignemale más abajo…al fondo se aprecian ya las primeras 3 cuevas de Russell.
En agosto de 1882, se completó la primera, que se llamaría Villa de Russell. Pasó allí tres días e invitó a sus amigotes para la inauguración; entre ellos Henri Passet. En 1885 mandó construir la segunda Cueva de los Guías, y luego en 1886, la tercera: la Cueva de las Damas. 120 años más tarde, el glaciar ha bajado tanto que subir a las cuevas requiere de una pequeña escalada…por lo que decidimos continuar el camino y pasar la noche aun más arriba!
Quizá durante alguna de aquellas «bacanales» en las cuevas inferiores, fue donde Henry pensó que necesitaba una cueva aun más arriba, prácticamente en la cima del Vignemale. Así pues Le Paradis sería construida a golpe de explosivo entre los años 1892 y 1893, 18 metros por debajo de la cima. Habían pasado 30 años desde su primer ascenso y quería celebrar sus «bodas de plata».
La tormenta se hizo esperar, lo justo para subir a la cima, ver atardecer y regresar a nuestro nuevo cobijo para preparar la cena.
Y la jornada no podía terminar mejor: por la mañana, bien temprano, nos subimos los trastos a la cima y nos preparamos el desayuno con un amanecer estremecedor…y aun siguen preguntándome de vez en cuando qué es lo que encuentro en las montañas…
Referencias bibliográficas: “Vignemale. El señor del Pirineo” de Alberto Martinez Embid.
Vignemale (3.298 m). Corredor de la Moskowa & Arista Grand Pic – Petit Pic
2009/06/20
Si uno quiere darse un empacho pirenaico en uno de los macizos más significativos del pirineo, sin duda ésta será una buena propuesta que le dejará bien servido. Esta travesía recorre el gran macizo de Vignemale desde su vertiente aragonesa en el sur hasta su más espectacular vertiente norte, al otro lado de la frontera, acumulando un desnivel positivo de 2.550 m. Y la guinda no es otra que la de vivaquear en un lugar único a los pies del “señor del pirineo”. Oskar, Txus y yo tuvimos el gusto de realizar esta ruta hace ya un tiempo y nos dejó bien satisfechos.
Corredor de la Moskowa y ascenso al Pic Long:
Según los datos que se manejan, este sería el itinerario seguido durante la primera ascensión del Vignemale a cargo de la británica Lady Ann Lister el 7 de agosto de 1838, acompañada por los guías Jean-Pierre Charles, Jean-Pierre Sanjou y Henri Cazaux. Curiosamente en aquella época no eran pocos los turistas que se acercaban al pirineo para explorar sus montañas, acompañados de guías locales. El nombre de Moskowa, proviene del repetidor de esta ruta: el cazador Napoleón-Joshep Ney, príncipe de la Moskowa. Aparecería 3 días después del ascenso de Lady Lister y tras culminar su objetivo reclamaría para sí la primera. Lógicamente la impugnación de Ann Lister no se hizo esperar y volvió para Saint Sauver para hacer confesar a Cazaux, a quien todavía no había pagado su “servicio”.
Desnivel y dificultad: 2.550 m/AD- (III)
1ªAscensión: Lady Ann Lister y los guías Jean-Pierre Charles, Jean-Pierre Sanjou y Henri Cazaux, el 7 de agosto de 1838.
Aproximación: Desde San Nicolás de Bujaruelo seguimos el GR 11 en busca del Refugio-Cabaña del Cerbillonar. Desde este punto se asciende por el barranco de Labaza, por pendientes de hierba muy mantenidas.
Desde la base de las placas rocosas que unen el Pico de Monferrant con la Punta Central continuamos a la izquierda por el amplio corredor entre Central y Cerbillona. Pronto, se intuye a la izquierda un corredor-chimenea rocoso que permite ascender al espolón que conduce al «collado de Ann Lister». Superado éste (III) y prestando atención a las piedras sueltas continuamos sin mayores problemas en dirección al collado.
Alcanzar el collado de Ann Lister entre las cumbres de Cerbillona y Punta Central nos permite acceder al «último piso» de nuestra jornada. Las vistas al Glaciar de Ossoue con todas sus cumbres circundantes es realmente espectacular: Monferrant, Punta Central, Cerbillona, Clot de la Hount, Pic Longue, Piton Carré, Punta y Espalda Chausenque…y un poco más al fondo el Petit Pic. No queda más que continuar y ascender al Pic Longue de Vignemale.
Arista Gran Pic – Petit Pic:
La arista propiamente dicha se desarrolla entre la Punta Chausenque y el Petit Vignemale, y curiosamente este itinerario se ha convertido con el tiempo en una buena opción para descender a Oulettes sin necesidad de recorrer el glaciar de Ossau y pasar por Baysellance.
Desnivel y dificultad: 300 m/AD+ (III-III+)
Desde la cima del Pic Long descendemos al glaciar de Ossoue por la ruta normal. Ya en el glaciar descendemos por la nieve pasando junto a la salida del corredor de Gaube y sin alcanzar la cima del Piton Carré. Ascendemos por terreno rocoso a la Punta Chausenque 3.204 m) y continuamos por una arista cómoda y amplia hasta su espalda (3.138 m), punto en el que comienza un recorrido no muy complicado pero en el que hay que mantener la atención en los pequeños destrepes, siempre en la vertiente sur hasta alcanzar el Col des Glaciers (2.990 m).
Desde aquí hasta la cima del Petit se continúa por terreno más delicado encontrando trepadas y flanqueos a ambos lados de la arista (III y III+).
En esta ocasión, del Petit Vignemale descendemos hasta Oulettes y continuamos en dirección al col de Oulettes, donde encontramos nuestro cobijo en múltiples visitas a este macizo: sin duda un lugar único para pasar la noche. Al día siguiente volvimos a Bujaruelo satisfechos con la travesía.
Referencias bibliográficas:
“Vignemale. El señor del Pirineo” de Alberto Martinez Embid.
“PIRINEOS. Las 100 mejores ascensiones y excursiones” de Patrice de Bellefon.