Nueva salida con Amado y, en esta ocasión, aprovechamos para hacer un par de escaladas antes de reunirnos con el resto de la cuadrilla en Benasque.
La «Roca Regina» es otra de esas grandes tapias que han visto en primera persona la evolución de la escalada catalana. Siempre ha estado un tanto “aislada” en comparación con su «hermana» de las Bagasses, lo que le ofrece una belleza mayor, si cabe; con fama de austera e inhóspita. La Galí-Molero es la gran clásica de esta pared: de trazado evidente, muy variada y con largos de artifo que en la actualidad se fuerzan en libre. La línea discurre por la parte izquierda de la pared, librando los grandes desplomes amarillos y recorriendo un itinerario muy entretenido.
Primera ascensión: Ramón Galí y Juliá Molero, el 2 de febrero de 1971.
Desnivel y dificultad: 500m, MD+ / 6b+, Ae (V+/A0 obligado)
Horario: 6 – 8 horas
Material: Reequipada en 2002 por Josep Maria Porta, Josep V Ponce y Luis Alfonso con parabolts inox de 10 mm en los largos y parabolts de 12mm con anillas en las reuniones. Aconsejable utilizar dos cuerdas de 50/60 m, 15 a 18 cintas expres, fisus y friends hasta el 3,5 y cintas largas para lazar las sabinas.
Acceso: Evidente desde el puente antes del túnel. Una vez llegamos a un cartel de madera, coger el sendero de la derecha (15 min hasta la base) que sale desde la propia carretera y que discurre por la parte alta de un barranco bastante llano..Es aconsejable dejar el coche en el refugio/estación de Céllecs, ya que la bajada se realiza por este lugar.
L1: 25 m, 6a. Recorremos un pequeño diedro hasta llegar en placa a un pequeño desplomito. Superarlo y alcanzar la primera R.
L2: 20 m, V. Continuamos por una serie de fisuras hasta una buena repisa.
L3: 20 m, V/Ae. Artificial equipado en una placa ligeramente desplomada con regletas pequeñas y pasos de bloque.
L4: 30 m, 6a. Superamos una plaquita, a la derecha de una laja, superamos un mini-techo y alcanzamos la R4 en un arbolito, superando una placa de 6a.
L5: 40 m, 6c. Buenísimo largo que combina artificial equipado con pasajes en libre, para llegar a una buena repisa, después de superar una placa de 6a.
L6: 20 m, IV+. Corto largo no muy difícil que nos deposita en una feixa, que permite un escape, continuando por la derecha.
L7: 30 m, 6b+/Ae. Subir al árbol y atacar la placa vertical con micro agarres.
L8: 35 m, V+.
L9: 25 m, III+. Continuamos por una vira algo herbosa para ganar altura.
L10: 35 m, 6a. Diedro vertical con buenos agarres. Atacamos, por una fisura desequipada, el diedro desplomado (6a).
L11: 40 m, 6b+. Espectacular travesía muy aérea y no muy complicada (V) y bien asegurada. Más difícil es la entrada a la trave, ascendiendo primero por un diedro y superando después un pequeño techo.
L12: 40 m, V+. A partir de aquí la verticalidad de la vía disminuye algo, pero la escalada sigue siendo muy disfrutona. En cuatro largos de cuerda más estaremos en la cima, con algún que otro pequeño tramo de Artificial equipado.
L13: 40 m, V. Se continúa con tendencia a la derecha.
L14: 50 m, V. Continuamos en diagonal a la derecha por un diedrillo evidente que termina en un trono.
L15: 40 m, V/Ae. Artificial equipado sobre una placa ligeramente desplomada con pasos largos.
Descenso: desde la cima hay que dirigirse hacia la izquierda, y a la altura de donde acaba la “Pere Camins” hay que empezar a bajar por el sendero. Se sigue por una marcada canal que no se abandona hasta muy abajo. Cuando se llega a un camino transversal, hay que seguirlo hacia la izquierda, hasta la vía del tren y la estación.
Bibliografía: “Terradets, Guía de escalada”. De Xavier Buxó y Luis Alfonso.