El Torozo es una mole de granito de 2.024 metros de altura que se eleva desafiante desde la vertiente sur del puerto del Pico en la provincia de Ávila. Ofrece rutas de autoprotección de alta calidad de hasta 300 metros; y queda lejos de casa. Lo bueno que tiene el mal tiempo es que nos ofrece la oportunidad de cambiar nuestros destinos habituales y conocer lugares nuevos; como así nos ha ocurrido con el Torozo. Una meteo inestable y un inesperado boleto de «free-time for yourself«, nos hicieron a Iván G. y a mí viajar a este lugar para catar alguno de sus recorridos más clásicos. Elegimos la «Guirles-Campos» que tenía muy buena fama – vete tú a saber cuándo volvemos – y la vía nos encantó: un festín de macizo granito con placas, fisuras y diedros de gran calidad, para proteger con tiento y dosificación; y todo ello con una niebla fantasmagórica que dio un toque a la escalada.
Desnivel y dificultad: 305 m, 6b (V+/A0 oblig.)
1ªAscensión: Daniel Guirles y Luis Campos en el verano de 1977.
Material: Camalots (hasta el nº3 y repetidos 0,75-1-2), fisureros y cintas express.
Aproximación: 1 h desde el parking del puerto del Pico. Seguir el sendero que sale del bar y cuando se alcanza una cabaña con una fuente, girar por el sendero de la derecha. Después, ya en la vertiente suroeste, seguir hitos.
Desde la “canal” característica que recorre la base de la pared suroeste el inicio de la vía es fácilmente reconocible, en la base de un techito fisurado; además la primera R se ubica junto a un arbolito visible desde abajo. Con un poco de pericia y orientación localizamos el inicio y empezamos a escalar sin apenas visibilidad. El primer largo, salvo el paso del techito (V-) se resuelve sin mayores problemas por una placa tumbada (IV).
El segundo largo, también por placa y cruzando unas fisuras en diagonal para alcanzar una repisa cómoda (V). Tercer largo de trámite, se recorre fácilmente en travesía hacia la derecha (15 m, III), hasta la base de un diedro fisurado de dedos.
Cuarto largo bonito y variado en el que se recorre el diedrito fino hasta un clavo y desde allí se cruza en placa fina a la izquierda hasta alcanzar una laja en bavaresa con buen canto (30 m, 6a). Hace años este largo se resolvía haciendo un péndulo (existe un descuelgue), ahora prescindible.
Quinto largo recorre una bonita bavaresa con buen canto y bastante herbosa, para proteger al gusto (V-).
La sexta tirada es la joya de la vía: un diedro de 50 m a equipar dosificadamente y que se hace bastante físico (6b/6b+).
El séptimo largo sale a buscar el pie de una placa fisurada en diagonal, fácilmente visible. Largo escalonado con algún resalte a bloque (V-).
Octavo y último largo, largo de 55 m que supera la fisura diagonal (V+) y después, por terreno más fácil (IV), va a alcanzar el punto más alto por diedros y resaltes. R con Friends en una plataforma cerca de la cima.
Para alcanzar la cima seguiremos en ensamble buscando las zonas más evidentes y trepando pequeños resaltes, etc 10-15 min.
Horario: 4 h 15´de escalada
Descenso: 1 h a la base, cómodamente desde la cima descender con tiento hacia el noroeste y hacer un rápel de 30 metros hasta una brecha desde la que se desciende siguiendo hitos.
Referencias bibliográficas: Información publicada por Luis Alfonso en su blog.
«La Sierra de Gredos» de M.A. Adrados, E.G. Viel y J. López (1.981).
«La Albujea y Torozo» de Gabriel Martín y Chema Mancebo. Revista desnivel #115, #143. En el Bar «Oliver» en San Esteban del Valle tienen libro de reseñas.