Después de nuestro “training” en la Aréte des Papillons, Txus y yo nos decantamos por subir al piso de arriba para realizar alguno de esos itinerarios más clásicos, sólo aptos para los más “románticos”. Aprovechamos nuestro traslado al valle de Aosta para acceder desde el nuevo Funivie del Monte Bianco (“Skyway”) al refugio de Torino. Desde aquí la aproximación es muy cómoda y rápida. La “Lépiney” es la forma más fácil de escalar esta preciosa aguja eclipsada por su vecina Grand Capucin. Sin embargo, en los últimos años el Trident está bastante transitado por la apertura de líneas difíciles, muy directas y exigentes como “Les intouchables”.
Primera ascensión: señora de A.Damesme, M.Damesme y J.Lépiney el 13 de septiembre de 1919.
Desnivel y dificultad: 250 m, D; con algún paso de V+, mantenida en el IV/IV+.
Aproximación: desde el refugio de Torino, seguimos el mismo recorrido que para el Grand Capucin. Dejamos a la derecha el marcado corredor que separa el Grand Capucin del Trident du Tacul y remontamos el corredor orientado al Oeste. La entrada suele tener una marcada rimaya que puede ofrecer problemas para acceder a la vía (ojo!) 1 h y 15 min..
Material: un juego de Friends, cintas largas y doble cuerda de 60 m (nos permitirán alargar las tiradas (sobre todo en la primera parte) y luego rapelar más ágilmente. Todas las reuniones se encuentran equipadas con dos párabolts y argollas para rapelar.
Horario: Desde la base hasta la cima 3 a 4 horas si no hay gran tráfico. Para el descenso al menos 2 horas: dependerá de si hemos dejado mochilas al inicio de la vía y regresamos al mismo punto.
Comenzamos la vía superando la rimaya, no sin complicaciones y deseando que el puente de nieve-hielo aguante nuestro paso y el de dos cordadas más que van por delante. Ya en la pared, comienza una sucesión de resaltes en donde la orientación y lógica serán nuestros mayores aliadas.
Superada la primera parte que discurre por la vertiente suroeste (sombra), alcanzamos una confortable plataforma. Recorremos 15 metros andando en ensamble y continuamos por el largo más espectacular de la vía, y que da acceso a la vertiente este.
Superado este largo, se recorre una «vira» en diagonal (III, 60m) para alcanzar la parte final del Tridente, ya en la vertiente este. La Lépiney asciende por una chimenea característica, para la que entramos contorneando un gran bloque (a no ser que seas como Webster y entres de forma directa). Tres tiradas bonitas, mantenidas en el IV/IV+ hasta la punta central.
La cima del Tridente es muy aérea y puntiaguda. Desde la cima central, sólo hay que destrepar y realizar una travesía corta para superar un último resalte. Desde nuestro punto las vistas son increíbles y fotografiamos a otra cordada, tan contentos como nosotros. El descenso optamos por realizarlo desde donde estamos para no entorpecernos. Deshacemos con cuidado la Lépiney para volver a recoger nuestras botas, crampones y demás herramienta dura.
Descenso: Existen múltiples posibilidades de descenso por las vías más modernas y directas.
Referencias bibliográficas: “El macizo del Mont Blanc. Las 100 mejores ascensiones” de GAston Rébuffat.
Un vídeo muy recomendable para disfrutar de la agilidad del gran Sergé Casteran en esta bonita vía: https://youtube/Ywd9OHprOvM