Como todos los años por estas fechas pre-vacacionales rescatamos alguna ruta pirenaica original y asequible, para dar a conocer rincones muy “apetecibles” sin necesidad de escalar itinerarios difíciles. Y ya, si la ruta la “vestimos” con un punto de historia pirenaica, y la montaña es el Vignemale, la salida puede resultar realmente apoteósica; y aún más si, como en el caso de Zuriñe y yo, lo hacemos con grandes amigos como Iker y Leire.
En esta ocasión recorremos las 7 cuevas que mandó construir el entusiasta Henry Russel en el siglo XIX y pasamos la noche en la que llamó Le Paradis, situada apenas 18 metros por debajo de la misma cima del Vignemale.
Desnivel y dificultad: 1.500 m, sendero sin mayores complicaciones. El glaciar debe afrontarse con las precauciones habituales teniendo en cuenta las condiciones de la nieve en esa temporada: ojo en días con niebla en la parte superior (muy traicionero).
Punto de partida: Barrage de Ossoue a 1.834 m: desde Gavarnie seguir la carretera que conduce a la estación de esquí y desviarse en una curva cerrada, para continuar por Oullettes de Ossoue hasta la presa. Dependiendo de las condiciones de la nieve y los desprendimientos, la carretera puede estar cortada: ojo porque son 8 km desde el cruce.
Henry Russel, cansado de explorar las grandes cimas pirenaicas (su primera al Vignemale sería en 1861), hizo construir entre 1881 y 1893 siete cuevas en el macizo de Vignemale, la montaña de sus sueños, ilusiones y obsesiones. Su objetivo: pasar su jubilación al abrigo de las montañas.
Las 3 primeras cuevas se encuentran poco antes de enfilar los últimos metros hacia el refugio de Baysellance, a 2.400 m, en la cabecera del glaciar de Ossau. Cuando el glaciar cubría las cuevas superiores, 800 m más arriba, Russell, ni corto ni perezoso, mandó construir éstas en 1888. Pasarían a conocerse como las cuevas de Bellevue. Allí montaba buenas juergas con sus amigos más íntimos, entre ellos Bazillac, los Passet,…
Continuamos la marcha y nos adentramos en terreno glaciar. El día es magnífico aunque empiezan a aparecer nubes de tormenta. Las primeras cuevas en construirse se ubican en la parte más alta del glaciar, a 3205 m en el collado de Cerbillona.
Una vez que se superan las pendientes más fuertes se alcanza una amplia plataforma entre el panorama de un buen ramillete de cumbres de más de 3.000 metros: Monferrant, Punta Central, Cerbillona, Clot de la Hount, Pic Longue (Vignemale), Pitón Carré, Punta Chausenque y Petit Vignemale más abajo…al fondo se aprecian ya las primeras 3 cuevas de Russell.
En agosto de 1882, se completó la primera, que se llamaría Villa de Russell. Pasó allí tres días e invitó a sus amigotes para la inauguración; entre ellos Henri Passet. En 1885 mandó construir la segunda Cueva de los Guías, y luego en 1886, la tercera: la Cueva de las Damas. 120 años más tarde, el glaciar ha bajado tanto que subir a las cuevas requiere de una pequeña escalada…por lo que decidimos continuar el camino y pasar la noche aun más arriba!
Quizá durante alguna de aquellas «bacanales» en las cuevas inferiores, fue donde Henry pensó que necesitaba una cueva aun más arriba, prácticamente en la cima del Vignemale. Así pues Le Paradis sería construida a golpe de explosivo entre los años 1892 y 1893, 18 metros por debajo de la cima. Habían pasado 30 años desde su primer ascenso y quería celebrar sus «bodas de plata».
La tormenta se hizo esperar, lo justo para subir a la cima, ver atardecer y regresar a nuestro nuevo cobijo para preparar la cena.
Y la jornada no podía terminar mejor: por la mañana, bien temprano, nos subimos los trastos a la cima y nos preparamos el desayuno con un amanecer estremecedor…y aun siguen preguntándome de vez en cuando qué es lo que encuentro en las montañas…
Referencias bibliográficas: “Vignemale. El señor del Pirineo” de Alberto Martinez Embid.
Holaa. Muchisimas gracias por subir este contenido.
Tenemos pensado ir 5 a dormir a la cueva superior, ¿crees que cabemos?
Sí, hay sitio!